viernes, 27 de febrero de 2009

¿Quienes destruyen realmente el matrimonio?


Polémico es el debate acerca de la legitimidad de los matrimonios entre parejas homosexuales y lesbianas, por los argumentos a favor y en contra que han suscitado. En España y Holanda están permitidos, y en el Reino Unido también pero no bajo la denominación "matrimonio" aunque el estado civil sea considerado "casado". Se trata de un fenómeno cada vez más en proceso de expansión y que en países como Canadá ya son legales, siendo probable a corto plazo que lo vayan adoptando más estados.
Según el Derecho establecido de cada territorio, las obligaciones y los derechos del matrimonio son variables, y ello significa que se pueden adquirir una serie de ventajas no implantadas o reconocidas todavía en las llamadas parejas de hecho, especialmente en lo referente a herencias, derechos de los hijos, custodias y reparto de bienes. Por tal motivo, se puede considerar positivo que las parejas homosexuales y lesbianas tengan la posibilidad de contraer matrimonio con el propósito de poder resolver mucho mejor algunos de los citados temas que, bajo la condición de parejas de hecho se ven impedidos o bien son resolubles por otros caminos burocráticamente más complicados y difíciles de demostrar.

Adoptando una postura personal favorable a estos matrimonios (incluso aunque este término fuese otro como sucede en el Reino Unido), resultaría interesante hacer una pequeña observación de las opiniones (a mi parecer, democráticamente respetables) de los detractores. Sobre la base de diversos conceptos de esta institución culturalmente tan antigua, alegan que "los matrimonios entre dos hombres o dos mujeres destruyen el matrimonio". Pues bien, teniendo en cuenta que en las sociedades occidentales desarrolladas y democráticas, realidades como las separaciones, los divorcios, la violencia de género, los crímenes pasionales, las infidelidades, los engaños a la pareja, los casamientos de conveniencia, los casamientos por papeles o dinero, las parejas de hecho, las familias monoparentales, la soltería voluntaria y muchos otros sinfines de posibilidades están en el orden del día, ¿en qué situación se encuentran hoy día los matrimonios tradicionales, es decir, entre hombres y mujeres? ¿Acaso todo esto no destruye al llamado matrimonio tradicional? ¿Qué o quien ha generado realmente esta crisis?
Solo cabe llegar a una simple conclusión: los responsables de la destrucción de el modelo clásico de matrimonio han sido los heterosexuales, puesto que a lo largo de la historia, hasta ahora, han sido los únicos que se han podido casar. Por tanto, e insisto, bajo el respeto de la libertad de opinión de quienes se muestran contrarios al casamiento entre dos hombres o dos mujeres, decirles que pueden ser muchas las razones a su oposición, pero no precisamente la expuesta.

1 comentario:

The Fisher King dijo...

A mi entender, todos nosotros, tanto heterosexuales como homosexuales, hemos contribuido a la actual degradación de las relaciones de pareja. Ten presente, amigo mío, que en el entorno gay la promiscuidad y la infidelidad se hallan igualmente a la orden del día. Creo que en última instancia, y más allá de la respetable tendencia sexual de cada cual, estamos padeciendo una severa crisis de valores.

Un abrazo.