jueves, 30 de septiembre de 2010

Huelgas SÍ, manifestaciones SÍ, piquetes NO

El pasado 29 de septiembre hubo la esperada huelga general. El derecho a huelga es, sin lugar a dudas, indiscutible e incuestionable. Todo el mundo puede o debería poder expresar sus discrepancias ante una situación laboral o unas condiciones de trabajo determinadas que se consideren injustas o inadecuadas, y a solicitar aquellas mejoras que garanticen una mayor calidad del empleo y especialmente de la vida de la persona trabajadora. Nada hay que objetar a eso y soy consciente de que existen motivos para luchar para conseguir una igualdad real de derechos y oportunidades, con independencia de tu cualificación, de tu formación, de tu sexo o de tu nacionalidad, entre otras cualidades. En definitiva, por encima de todo, todos somos personas y merecemos un trabajo digno y honrado, y cualquier caso de injusticia debe de ser contestado. Conseguir buenos salarios, garantizar la seguridad laboral y la buena salud de la persona trabajadora y garantizar una buena jubilación es una aspiración encomiable por la que merece la pena luchar porque es deseo de todos/as y cada uno/a de nosotros/as.
Sin embargo, me preocupa la actitud adoptada por determinados colectivos que en nombre de estos derechos humanos y de la clase trabajadora, adopten posturas radicales y pautas de comportamiento similares a la llamada clase opresora o dominante. Me refiero a los piquetes.
El derecho a la huelga es exactamente esto, un derecho, pero nunca una obligación o una imposición forzosa y contra la voluntad de quienes no están de acuerdo o que por determinadas circunstancias no pueden participar. Las reivindicaciones deben hacerse en base a la existencia de un estado democrático y a los valores que este contiene. Muy lejanos quedan los tiempos de Lenin y de la "dictadura del proletariado". No debe de haber dictadura de ninguna clase. Así, la convocatoria de una huelga debe de conseguirse mediante el fomento, la invitación y a través de unas explicaciones lo suficientemente razonables como para apoyarla. Imponerla es un error, y mucho más recurrir a insultos, amenazas y a coacciones, que es el trabajo llevado a cabo por esos piquetes. Es muy triste que por miedo a represalias muchas persianas hayan tenido que bajarse, como si de un estado de sitio propio de un régimen militar y autoritario se tratara.
Queremos aspirar a un sistema social y laboral justo e igualitario, donde puedan extenderse y desarrollarse plenamente los derechos de la clase trabajadora, pero es a través de actitudes democráticas como se dará ejemplo a los demás, nunca forzando y coartando al individuo obligándole a adoptar una postura determinada. Cada persona debe tener derecho a decidir libremente y por su propia voluntad, nunca por la voluntad de quienes imponen. Es a través de esa libertad y de observar cómo luchan y dan ejemplo quienes deciden hacer huelga y manifestarse que se conseguirá atraer a más gente a defender una causa. No hacer huelga no implica necesariamente faltar el respeto a quienes deciden hacerla, sino que se trata de la libre elección de cada uno/a determinada por sus circunstancias. Es muy fácil criminalizar o demonizar a quienes no han participado, y peores son esos piquetes, con actitudes poco o nada democráticas, que venden justicia mediante posturas radicales. Derecho a la huelga, SÍ; derecho a manifestarse, SÍ; piquetes NO, gracias.

sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Un gramo de locura? Por Sempronio

A continuación me permito reproducir textualmente un artículo escrito por el periodista y cronista oficial de Barcelona Andreu Avel•lí Artís i Tomàs “Sempronio”, publicado en la sección “Las cosas, como son” del Diario de Barcelona del miércoles 16 de mayo de 1956, y que trata sobre la visita del actor de cine Danny Kaye a Barcelona como embajador de la UNICEF.
Los hombres famosos se deben a su leyenda. Al llegar a Barcelona, anoche Danny Kaye hizo varias entradas cómicas. Mostró la lengua a los fotógrafos, jugó al escondite con ellos y saltó del avión a un coche de un desconocido dando vueltas por el aeropuerto. Los mandamases de la casa de películas que fueron a recibirle tuvieron que tirarle fuertemente de la chaqueta para obligarle a recobrar la seriedad…
-¿Siempre es usted así, o lo finge a ratos?- preguntóle un periodista.
-Todos tenemos algo de loco- le replicó Kaye-. Pero mientras usted se ve obligado a disimularlo, mi profesión me permite dar rienda suelta a la locura.
He dicho que le tiraron de la chaqueta. ¡Y vaya chaqueta! Danny Kaye viste como un “clown”. Se presentó al cóctel del Ritz con las solapas subidas y con la cabeza cubierta por un abolladísimo sobrero impermeable. Debajo de la americana llevaba un extraño suéter gris encima de una camisa azul. Y nada de corbata. Los zapatos eran un poema. Una especie de sandalias. Una compañera columnista le preguntó si era un modelo especial.
-No señorita. Las he comprado en Nueva York y ando comodísimamente con ellas. ¡Y la compadezco a uestes, por lo que debe sufrir embutidos los pies dentro de de sus lindos zapatitos de tacón alto…
Para el párrafo que antecede, el actor americano no necesitó traductor. Mimó lo de los zapatos de tacón alto y lo del sufrimiento de los pies con unas expresiones faciales y unos movimientos de manos más inteligibles que el más claro idioma español.
Consciente de lo que el público aguarda de él, cultiva la excentricidad. Durante la conferencia de Prensa, observó a un auditor que presentaba cara de palo.
-¡Es usted un hombre muy serio! Le dijo.

Y cuando yo le formulé cierta pregunta, ayudándome con mis habituales y vehementes ademanes, Danny Kaye me asió la muñeca como un médico deseoso de tomarme el pulso. Y se dirigió al señor Caracol que actuaba de intérprete, diciéndole:
-ahora que ya lo he sujetado, que tenga la amabilidad de repetir la pregunta… ¿Hasta qué punto es “pose” todo esto? ¡Misterio! En otros instantes, Kaye más bien deja de traslucir impaciencia. Como cuan do se muestra hastiado por el incesante metralleo de los fotógrafos, o cuando aparta enérgicamente el micrófono que le tienden los informadores de la radio. Nos preguntó uno a uno qué diario representábamos. Y a medida que íbamos anunciándole los títulos, él los repetía con extraños matices cómicos y grandes efectos de erres…
Ese pelirrojo alto y desgarbado atesora un alma angelical. Peregrina por el mundo en calidad de embajador de la UNICEF, iniciales que corresponden a algo así como Fondo de las Naciones Unidas para la Ayuda a la Infancia. No es posible imaginar nada más noble.
-Me eligieron a mí para esa misión- -cuenta- por mi reconocido amor a la infancia.
Es padre de una niña de diez años, pero ha decidido adoptar a todos los niños del mundo. Sin distinción de nacionalidades, de razas ni de colores, puntualiza. La UNICEF se ha relacionado ya con España en ocasión de una campaña contra el tracoma desarrollada en el sur peninsular y en la construcción de unos centros sanitarios para niños prematuramente nacidos.
Una hora más tarde, en el Coliseum, presentaba Danny Kaye una película suya, donde era posible ver a la UNICEF en acción.
-La labor de este organismo es ingente- -responde a quien le pide detalles-. Referir su obra exigiría no una conferencia de quince minutos, sino una charla de varios días.
El método de Danny Kaye consiste, por lo visto, en provocar la generosidad por medio del buen humor. Temimos que la conferencia de prensa no se celebrara, pues al llegar al hotel anunció que se retiraría unos momentos a sus habitaciones para afeitarse, cambiarse de ropa ¡y dormir!
-No le hagan caso- -nos aclaró uno de los organizadores del coctel-. Va simplemente a cambiarse de ropa, pues el equipaje acaba de llegarle en otro coche…
Al cuarto de hora descendió al salón con el mismo y extravagante atuendo con que había llegado.
En realidad, yo tenía muy poca cosa que preguntarle. Llevaba solo el encargo de un compañero de redacción que me había dicho: “Pregúntale dónde se documentó para una graciosísima parodia de baile español que hacía en uno de sus Films”.
Al trasladarle la pregunta, respondió Danny Kaye:
-Me documenté en los muñecos del ventrílocuo español señor Vences, gran amigo mío.

viernes, 17 de septiembre de 2010

MANUEL VITAL para siempre

El pasado 13 de septiembre falleció Manuel Vital a los 86 años de edad. Personaje que por su labor formará parte para siempre de la historia de Nou Barris y de nuestros transportes públicos, vivía retirado con su esposa en su casa unifamiliar de autoconstrucción del barrio de Torre Baró, sita el número 152 de la calle de Sant Feliu de Codines. Hace unos años yo y Arnaldo Gil tuvimos el placer de visitarlo una tarde en su domicilio para hacerle una entrevista. Nos recibió muy bien, pues era un hombre muy cordial, y muy atentamente respondió a todas nuestras preguntas. Nos sentamos alrededor de una mesa y él empezó a sacar cajas con fotografías de diferentes épocas. Por aquél entonces yo estaba terminando de escribir mi libro sobre la historia de los transportes de Nou Barris y necesitaba que me explicara como llevó a cabo el secuestro del autobús de la línea 47.
Manuel Vital Velo nació en Valencia de Alcántara (Cáceres) el 2 de octubre de 1923. Emigró a Barcelona en el año 1947 donde se instaló inicialmente en el barrio del Clot. No fue hasta 1951 que se trasladó a su barriada definitiva, Torre Baró. En 1949 entró como conductor de autobuses y trolebuses en Tranvías de Barcelona. Su talante luchador y su carácter le llevaron enseguida a formar parte de la clandestina CC.OO. llegando a ser líder sindicalista. Estuvo entre los despedidos por la huelga de 1971. Durante 5 años fue presidente de la Asociación de Cabezas de Familia de Torre Baró, según explicó el propio Manuel, para fastidiar a parte de sus componentes porque eran adictos al régimen franquista. Posteriormente, junto con Ignasi Català y Cirilo Poblador, entre otros, fundó la Asociación de Vecinos de 9 Barrios Sección Vallbona-Torre Baró-Trinitat, de la cual fue primer presidente el mismo año 1970. A partir de 1978 ocupó el cargo de presidente de la A.VV. de Torre Baró.

Desde finales de la década de 1960, el vecindario de Torre Baró solicitaba disponer de líneas de autobús que permitieran salir del barrio y enlazar con otros servicios de transporte. La respuesta tanto de la Compañía de transportes como del Ayuntamiento de Barcelona era que el mal estado de las calles y sus características en tanto estrechas, curvadas y empinadas no permitían el paso de autobuses.
Ante la prolongada situación, el 6 de mayo de 1978, Manuel Vital se reunió con miembros del PSUC para hablar sobre el tema. Al día siguiente fue a la cochera de Levante como era de costumbre para conducir uno de los nuevos autobuses Pegaso Monotral articulados destinados a la línea 47. Después de hacer dos vueltas entre la plaza de Cataluña y la Guineueta, llegando al final del paseo de Valldaura donde actualmente hoy existe la plaza de Karl Marx, se dirigió a una cabina telefónica para llamar a su mujer y le dijo “allá voy”. Colgó el teléfono y secuestró el autobús conduciéndolo por la carretera Alta de las Roquetes en dirección hacia Torre Baró. Iba también consigo el cobrador encerrado en su cabina en la parte traseras, que no se opuso a esta acción. Durante el itinerario se fue apuntando gente de las barriadas para apoyar el secuestro reivindicativo. El autobús fue circulando por las estrechas y empinadas calles de la montañosa barriada acompañado de un río de personas. Como curiosidad, decir que las pancartas que llevaba colgadas se pintaron con el aceite del mismo vehículo.

En el final de trayecto, saliendo a la avenida Meridiana, el cobrador que lo acompañaba bajó y Manuel le dio 25 pesetas para que cogiera un taxi y pudiera irse a su casa. Después, él prosiguió con el autobús y en la calle de València lo pilló la policía. Enseguida tanto él como otras personas solidarizadas por la causa fueron trasladados a la comisaría de la calle de Malats en el barrio de Sant Andreu. Al día siguiente fue juzgado, acusado de secuestro. La empresa le advirtió que si volvía a hacerlo le despedirían de la compañía sin recursos, pero parece que después de todo no le hicieron nada porque no se atrevieron, posiblemente debido a las circunstancias políticas y sociales vividas por aquel entonces. Así, el día 7 de mayo pudo reintegrarse por amnistía laboral.
Como resultado del secuestro y de las presiones vecinales, la línea 47 se prolongó hasta Canyelles, el 11 de febrero de 1979 lo hizo la línea 31, y el 17 de mayo siguiente lo hizo la línea nocturna NG. El 23 de mayo de 1980 se creó la línea 77 (Pl.Virrei Amat-Torre Baró) y el 10 de febrero de 1981 la línea de microbús 93 (Ciutat Meridiana-Torre Baró).
Cuando se jubiló en 1983 recibió una condecoración por parte de Transports Metropolitans de Barcelona como reconocimiento por sus años trabajados en la empresa, año que dejó la presidencia de la Asociación de Vecinos de Nou Barris, cargo que ostentaría María Ángeles Rivas. En 1994 dejó la presidencia de la A.VV. de Torre Baró y el 16 de enero de 1998 fue condecorado con la Medalla d’Honor de l’Ajuntament de Barcelona.

Han sido pocas las veces que he podido hablarcon él, pero todas ellas fueron muy provechosas y guardo un buen recuerdo. La primera vez, cuando lo conocí, vino al Arxiu porque había sido invitado en unas “Històries de Cafè” dedicadas a los transportes. Él me explicó que también había sido conductor de trolebuses, cuyo pedal acelerador funcionaba al revés que el de los automóviles. Es decir, cuando lo pisabas para acelerar entonces frenabas, y cuando lo soltabas para reducir velocidad el vehículo aceleraba. Siempre fue conductor de autobús, nunca de tranvía, y llevó diferentes modelos, desde los ACLO imperiales de dos pisos hasta los últimos modelos de Pegaso pasando por los Seida, los Chausson y los Monotrales. Todo un experto y un entendido en la materia que ahora deberíamos tener presente en nuestra memoria histórica. Amigo Manuel, muchas gracias por tus aportaciones que han contribuido a terminar mi libro y especialmente por todo lo que has hecho a lo largo de tu vida por los transportes, los barrios y las personas. Hasta siempre y hasta otra.
(Parte de la información bibliográfica sobre Manuel Vital Velo ha sido facilitada por nuestro amigo e historiador del Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, Roberto Lahuerta Melero, a quien se lo agradezco y hago constar porque parte del mérito en hacer realidad este artículo es suyo).

viernes, 10 de septiembre de 2010

Nacionalistas, no nacionalistas y antinacionalistas somos todos iguales (con perdón)

Aprovechando la ocasión de la festividad del Onze de Setembre, Diada Nacional de Catalunya, quisiera hacer una reflexión personal y subjetiva acerca de los nacionalismos en Cataluña, respondiendo especialmente a quienes a través de foros de debate de Internet o bien a través de sus blogs dicen que todos los nacionalistas son la misma mierda y otras cosas similares.
Toda persona tiene derecho a ser respetada y a no ser discriminada por sus ideas políticas ni por sus creencias religiosas. Si las ideas políticas en todo el abanico de opciones desde la derecha hasta la izquierda son democráticas y las creencias religiosas permiten la libertad del individuo, son perfectamente legítimas y dignas de ser expresadas si además garantizan la convivencia pacífica de una comunidad. Sin embargo, a través de la clase política y de los medios de comunicación existe un creciente y preocupante radicalismo que está llevando tanto a la política como a las religiones a los extremismos y a engendrar odio e intolerancia hacia aquellas personas que no comparten las ideas o la doctrina de un colectivo determinado. Como consecuencia, la sociedad está cada vez más dividida y ha crecido el malestar y la hostilidad entre territorios vecinos. Las emisoras de radio, los canales de televisión y las redes cibernéticas se han convertido en excelentes herramientas de expansión de las campañas de hostilidad como si de un cáncer se tratara.
Ahora estamos en ambiente de Diada y quiero reflexionar acerca de la falsa diferencia entre quienes comparten las doctrinas nacionalistas y quienes las rechazan.
Primero de todo, como consideración previa, aclarar que a mi entender hay una diferencia entre el NO-nacionalista y el ANTI-nacionalista. Mientras el primero no comparte las ideas del nacionalismo pero sin embargo respeta a quienes así se declaren, el segundo, además de no compartirlas, hará todo lo posible para anular o destruir a su rival. En este sentido, es preferible el NO- que el ANTI-. Todo movimiento ANTI- es perjudicial e intolerante.
Considerar idénticos a los nacionalismos y a los nacionalistas no tiene sentido alguno, pues sería como afirmar que todas las personas de derechas o las de izquierdas son iguales. Y quienes no se declaran nacionalistas ¿acaso son todos iguales? Las personas no valemos por nuestras ideas o nuestras creencias, así que quien se posiciona tanto como un nacionalista como No-nacionalista o ANTI-nacionalista creyendo va a ser mejor que los demás comete un grave error. Una persona no es mejor o peor que otra porque crea que Cataluña es una nación o porque crea que la única nación existente es España.
Dentro de los nacionalismos, podemos encontrar diferentes grados y niveles en función de la implicación personal. Existen tópicos, como el separatismo, la hostilidad hacia otro territorio, la uniformidad, la insensibilidad hacia otras lenguas, razas o culturas, y la actitud cerrada y excluyente hacia los forasteros, entre otras cosas. No voy a negar que haya personas que responden a estas características, pero no se puede ni se debe generalizar a toda una comunidad porque ahí entra el carácter y el talante de cada individuo.

Si bien es cierto que ahora en Cataluña todos los partidos nacionalistas con representación parlamentaria apuestan por la independencia o el derecho a la autodeterminación del territorio, también hay quienes prefieren un nacionalismo de conciliación y concordia con el estado aunque ahora este patrón no esté vigente (como fue el caso de Cambó y Tarradellas). Es decir, piden el derecho a sentirse españoles pero no como el modelo centralista exige sino como aquella comunidad desee en su mayoría. Rechazar el centralismo no significa ser antiespañol sino que se apuesta por un modelo diferente sin que ello signifique la ruptura del país. Desear un modelo federal o plurinacional no conlleva a ser menos español o peor español que quien opta por un modelo centralista y uniformista, sino sencillamente que es legítimo tener otro concepto de país más allá de las declaraciones de principios establecidas. Sin duda, la Constitución española se puede cuestionar y replantear, y todo aquello que sea inconstitucional significa exactamente esto, inconstitucional, pero no necesariamente malo o antidemocrático. Una Carta Magna no es como la Biblia, sagrada, infalible e incuestionable, ni la española ni la de ningún país del mundo. Se critica que en Cataluña determinados partidos políticos catalanes repartan “carnets de catalanidad” mientras que los defensores del modelo centralista y uniformista pueden repartir tranquilamente “carnets de españolidad” sin que nadie les reproche nada.
A título personal, yo he tenido la oportunidad de tratar personalmente con personas de otras razas, culturas y religiones. Lo más sorprendente es que a medida que los vas conociendo, te das cuenta de que no son tan diferentes a ti, tan extraños o tan marcianos, y que todos los seres humanos somos más parecidos entre nosotros de lo que nos podemos imaginar. En términos particularistas, nadie es igual porque cada individuo es único e irrepetible, pero en términos generales, todas las personas somos iguales, seamos como seamos y vengamos de donde vengamos. Estoy de acuerdo con que existen diferencias formales de raza, sexo, cultura, lengua, ideas políticas, religión y sexualidad, pero en el fondo hay también unas características universales y comunes para toda la humanidad. Si de esto nos diésemos cuenta y lo aplicáramos en nuestro día a día en el momento de establecer relaciones sociales, muchos prejuicios desaparecerían.
Sin lugar a dudas, realmente no existen tantas diferencias entre quienes son nacionalistas o quienes se declaran contrarios. Los pecados y los males de los unos son los mismos que los de los otros, aunque expresados de otra forma y enfocados desde otro punto de vista. Históricamente, los regímenes comunistas se declararon abiertamente antifascistas. Sin embargo, si establecemos una comparación entre las atrocidades cometidas por Hitler con las cometidas por Stalin, apenas encontraremos diferencias. Se trataba de una rivalidad económica. Lo mismo sucede con quienes se declaran nacionalistas y quienes discrepan de él. Estamos ante una rivalidad conceptual del modelo de estado. Se suele acusar a los nacionalistas de mentirosos, de manipuladores de la historia, de prohibicionistas, de constructores de mitos y leyendas, de engendrar odio hacia otra lengua o territorio, de uniformistas, de cerrados y excluyentes, de sancionadores, de encubridores de aquellas realidades que no le interesa, de clientelistas... es decir, los mismos pecados que sufren muchos gobiernos y algunas personas contrarias a los nacionalismos. ¿Acaso, por ejemplo, el PSOE en Andalucía y Extremadura y el PP en Valencia y Madrid no mienten, manipulan, censuran o prohíben de acuerdo con sus propios intereses de cara a perpetuar su poder? Por favor, no seamos tan pretenciosos de creer que todos los males de España provienen única y exclusivamente del nacionalismo como si los sectores no nacionalistas fuesen honrados, honestos y objetivos, y que a excepción de Cataluña y Euskadi el resto de España es idílica y paradisíaca.

En realidad el mal no está en ser nacionalista o no serlo, sino en la manera de ser de cada persona. Podemos encontrar a gente profundamente nacionalista y que sean bellísimas personas, tolerantes, abiertas a las diferencias y respetuosas con todo el mundo. Y también encontraremos tranquilamente a gente no-nacionalista o anti-nacionalista cerrada y muy suya incluso que adopte posturas racistas, xenófobas e intolerantes hacia ciertas diferencias. Nadie es mejor que los demás según sus ideas o creencias, ya que en cada persona juegan muchos factores. Por tener un concepto de estado diferente no hace a unos superiores a los otros.
Actualmente Cataluña es una democracia donde hay libertad de expresión. No es cierto quien afirma que aquí todo se puede criticar menos el nacionalismo. Prueba de ello es que nos llega el canal Intereconomía, la Cope y los diarios ABC, La Razón y El Mundo, aparte de webs como Libertad Digital y blogs de particulares anónimos. Diversos y variadísimos canales de televisión, emisoras de radio y publicaciones de prensa demuestran dicha libertad, eso sin contar las infinitas posibilidades que ofrece Internet. Cataluña es, además, la región española más cosmopolita, conocida e internacional, con intensivas y constantes relaciones tanto nacionales como internacionales desde una perspectiva económica, empresarial, cultural y social que ya se remontan desde la fundación de la colonia Barcino. Menos mal que los catalanes son cerrados y excluyentes e insensibles hacia las diferencias porque de lo contrario no sé qué pasaría. Los catalanes somos quienes más viajamos, hasta el punto de que en cualquier lugar del mundo encuentras a un catalán. Está claro que conocemos mundo más allá de Cataluña. Luego dicen que los nacionalismos se curan viajando, pues a veces creo que se refuerzan porque te das cuenta de lo que vale la tierra en la que vives y como la has añorado una vez te bajas del tren o del avión de regreso.
Las manifestaciones culturales son riquísimas, desde el folclore típicamente catalán hasta las nuevas expresiones importadas por las comunidades de inmigrantes. Los andaluces celebran anualmente en nuestra tierra una Feria de Abril, rocíos, romerías y homenajes a Blas Infante y para ello no han tenido problema alguno. Que yo sepa, ningún andaluz ha sido apedreado o vetado. Y lo mismo puedo decir con la feria gallega y otras de tipo regional españolas. La inmigración de Cataluña es la que mejor se ha integrado y donde más ayudas sociales han recibido en comparación con otras comunidades donde es más pobre y marginal. La mayoría de inmigrantes tienen una calidad de vida aceptable o buena y ninguno se muere de hambre a pesar de los problemas que igualmente puedan padecer. Y después dicen que todo el presupuesto de inmigración la Generalitat lo invierte en obligarles a que aprendan catalán y a que se conviertan al nacionalismo en vez de ayudarles a que dispongan de vivienda y trabajo.
Históricamente, fue una magnífica generación de intelectuales políticos y artistas catalanes burgueses y bohemios surgida a finales del siglo XIX y que hasta el primer tercio del siglo XX desarrolló una actividad tan potente que llevó a Cataluña hasta la cima. La Exposición Universal de 1888 y la Exposición Internacional de 1929 significaron la internacionalización definitiva de Cataluña, que se convirtió en el ámbito político y cultural en un patrón de referencia por parte del resto de España e incluso mundial en determinados aspectos. Fue un pasado glorioso que jamás se ha vuelto a dar y que significó el inicio de la Cataluña contemporánea. Todos esos intelectuales (entre ellos Prat de la Riba, Francesc Cambó, Santiago Rusiñol, Ramon Casas, Domènech i Montaner, Puig i Cadafalch, Jaume Ferran i Clua…) eran nacionalistas o al menos socialmente y culturalmente catalanistas.
Conozco a gente de diferentes ideas políticas y creencias y ninguno de ellos es mejor o peor que los demás y jamás he tenido problema o conflicto alguno. Que me pueda llevar mejor o peor no depende de si son o no nacionalistas, o de si se sienten españoles o solo catalanes, sino de cómo son en su interior. Fuera de politizaciones, el día 11 de septiembre vuelvo a colgar la Senyera en el balcón de mi casa por lo que significa para mí Cataluña, por lo que siento y porque es una tradición familiar que mi madre me enseñó y que jamás quiero perder.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Breve historia de Nou Barris X: de la penúltima Barcelona a la nueva Barcelona (1992-2000)

Durante la década de 1990, y sobre todo después de la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992, continuaron las reivindicaciones vecinales reclamando mejoras para los barrios del distrito, especialmente para la petición de equipamientos en general, que todavía eran insuficientes en relación con la población existente. Básicamente hablaríamos de equipamientos culturales (bibliotecas, casales de jóvenes y ancianos y centros culturales), educativos (guarderías y escuelas públicas), deportivos (polideportivos), y sanitarios (ambulatorios y otros centros de salud). También se intensificaron las luchas para la mejora del transporte público (más líneas de autobús y metro), para la construcción de nuevas viviendas sociales y la rehabilitación de otras existentes, y para ejecutar reformas urbanísticas encaminadas a mejorar la calidad de vida de sus habitantes (islas peatonales, ampliaciones de aceras, zonas verdes y reducción de la densificación), entre otras cosas. La transformación de Nou Barris llevó a definir el distrito como "la nueva Barcelona" en contraposición a "la penúltima Barcelona", término acuñado por los periodistas Josep Maria Huertas y Jaume Fabre.
El año 1996 Joan Clos sustituyó a Pasqual Maragall como alcalde de Barcelona, continuando durando los años siguientes con la misma política de renovación del distrito iniciada años atrás. Desde el consistorio municipal, el Ayuntamiento de Barcelona y en especial el nuevo regidor del distrito de Nou Barris, Antonio Santiburcio, apostó por la extensión de la "ciudad del diseño" hasta la periferia con el propósito de regenerar los barrios del norte de Barcelona e integrarlos al resto de la ciudad. Este hecho quedó urbanísticamente reflejado en el tipo de mobiliario urbano (bancos y farolas), en los monumentos (esculturas) y el pavimento (baldosas rojas). Si bien su obra ha dejado huella en actuaciones como la construcción de parques, centros de ocio y bulevares, también es cierto que no quedó exento de polémica y controversia.

Por lo referente a actuaciones, estas se centraron en la mejora del paisaje y de la calidad de vida. En el año 1992 se urbanizó un tramo de la calle de Pablo Iglesias, en el barrio de la Prosperitat. En 1993 finalizaron las obras de construcción del Parc Esportiu de Can Dragó, sobre los antiguos terrenos de RENFE-Meridiana. En el mismo año se inauguró el nuevo parque de la Trinitat Nova; en el barrio de Verdum, la empresa de la Generalitat ADIGSA empezó a derribar los degradados bloques de las Viviendas del Gobernador para sustituirlos por nuevas edificaciones, y se iniciaron las obras de rehabilitación de los bloques construidos antaño por la Obra Sindical del Hogar, actuación que asimismo se extendió en los situados en las barriadas de la Guineueta, Roquetes y la Trinitat Nova. Además, dicha rehabilitación conllevaría la urbanización de los espacios interiores y su ajardinamiento. En 1994 se inauguró el nuevo Centre Cívic Porta-Sóller y el nuevo edificio del Ateneo Popular de Nou Barris construido sobre el existente y que acogería, entre otras entidades, la Escola de Circ Rogelio Rivel, los Diables de Nou Barris y el Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris. En 1995, al lado de lo que quedó sin derribar del antiguo edificio del Mental, se inauguró el edificio del Fòrum Nord de la Tecnología con el objetivo de atraer empresas y nuevas tecnologías. El el sector Turó-Vilapicina, destacar que la masía de Can Basté reabrió completamente rehabilitada para acoger un centro cívico, y que se procedió a la construcción de los primeros nuevos bloques de pisos en el Turó de la Peira en sustitución de los afectados por aluminosis. En el paseo de Fabra i Puig se entregaron los nuevos pisos para realojar a los vecinos afectados por los desalojos de bloques en mal estado condenados al derribo. Los talleres de reparación de autobuses de Vilapicina fueron desmantelados.

En 1997 se constituyó la sociedad privada municipal PRONOBA, encaminada a la regeneración urbana de Nou Barris, centrando sus actuaciones en la configuración de bulevares, la potenciación de ejes comerciales y del sector terciario, la creación de nuevas plazas y zonas verdes, la urbanización y peatonalización de calles e interiores de isla, la construcción de aparcamientos subterráneos, la mejora de la conectividad entre barrios y la ejecución de los Planes Especiales de Reforma Interior. En ese mismo año abrió sus puertas en el antiguo edificio del Mental la Biblioteca de Nou Barris.
En 1998 se inauguró el nuevo parque de Josep Maria Serra i Martí, en el barrio de Canyelles, la remodelación de las plazas de la Zona Verde y de Harry Walker, en la Prosperitat, y la finalización de la iglesia nueva de Santa Eulàlia de Vilapicina con una nueva fachada, pues desde siempre careció de esta. En ese mismo año, por petición vecinal los habitantes de las casas baratas de Ramón Albó decidieron que el barrio recuperara la denominación de Can Peguera.
En 1999 se procedió la conversión en bulevares de los paseos de Fabra y Puig, Verdum y Valldaura (tramo superior) y del Doctor Pi i Molist mediante la ampliación de aceras. La plaza del Virrey Amat duplicó su superficie y en los alrededores de la Sede del Distrito se inauguró la primera fase del nuevo Parc Central de Nou Barris. El paseo de Fabra i Puig se abrió completamente hasta el paseo de Valldaura y se abrió la nueva Ronda del Mig, formada por las calles de Ramón Albó, Arnau d'Oms, Piferrer y la avenida de Río de Janeiro.


En el ámbito de los transportes, la Plataforma Pro-metro a Nou Barris llevó a cabo numerosas actuaciones populares para presionar a las administraciones con el propósito de hacer llegar la red de metro a Nou Barris. Progresivamente se fueron incorporando diferentes barrios, siendo especialmente Canyelles, Roquetes, la Trinitat Nova, Torre Baró, Ciutat Meridiana y Vallbona quienes deseaban la llegada del suburbano. La reivindicación más simbólica de estas barriadas fue la construcción de falsas entradas de metro hechas con ladrillos y un poste coronado con un banderín que llevaba dibujado el logotipo del metro y el nombre de la estación correspondiente al barrio peticionario. Diversas negociaciones entre los representantes vecinales y las administraciones terminaron con el compromiso por parte de estas para hacer llegar el metro a Nou Barris durante la próxima década, de acuerdo con el cumplimiento del PDI 2001-2010. En 1999 la L4 de metro llegó hasta la Trinitat Nova y la estación “Roquetes” cambió su denominación por la de “Via Júlia”. La red de autobuses prolongó notablemente algunos recorridos por el interior del distrito, llegando a conseguir una óptima cobertura territorial. También mejoraron las conexiones con otros barrios de Barcelona mediante la prolongación de algunas líneas.