viernes, 27 de mayo de 2011

INDIGNADOS


Estas imágenes hablan por sí solas. La crisis económica es también una crisis política, medioambiental y de valores humanos. Ante la indignación social que produce la situación que vive nuestro planeta, y ante la voluntad de revuelta para conseguir un mundo mejor, no se entiende la falta de apoyo de determinados sectores que anteponen el autoritarismo a la rebeldía, esta vez sobradamente justificada.

Ante tal indignación, se podrían escribir muchísimas cosas, tantas que ni siquiera las voy a exponer. Por una vez me voy a callar porque mis sentimientos de repugna hacia una clase dominante que no se quiere bajar del burro y no toma conciencia que el mundo tal y como hoy día está planteado no puede seguir funcionando porque se trata de un modelo agotado, son infinitos.

Señoras y señores, expongan ustedes libremente vuestras opiniones sin límites en el presente blog. Todas y cada una de ellas serán bienvenidas.

Saludos cordiales y disfruten, perdón, digo indígnense de este vídeo.


viernes, 20 de mayo de 2011

32 años de gobierno socialista en Barcelona (I). Los inicios: Narcís Serra (1979-1982)

Se acercan las elecciones municipales que se celebrarán el próximo domingo día 22 de mayo. Vistos los últimos sondeos publicados, por primera vez Barcelona se juega la posibilidad de tener un cambio de gobierno tras más de tres décadas de mandato socialista. El candidato por CIU, Xavier Trias, el favorito en las encuestas, podría poner punto y final durante algún tiempo a la hegemonía del PSC, el único partido que ha gobernado en la ciudad desde que se hicieron las primeras elecciones democráticas.
Mientras unos apuestan por un cambio aduciendo higiene democrática, y otros por el continuismo por temor a un gobierno conservador, me complace hacer un balance personal de lo que han significado, a mi parecer, treinta y dos años de gobierno socialista en Barcelona. Se observa una etapa de gestación con Narcís Serra, quien asentó las bases del programa socialista en Barcelona, si bien su predecesor durante la Transición, el injustamente olvidado Josep Maria Socias Humbert, fue el auténtico responsable de preparar el terreno para asentar dichas bases, es decir, de “modelar el esqueleto” de lo que tenía que ser el cuerpo “con carne y volumen” de una ciudad democrática. Después llegaría una etapa de desarrollo y de máxima plenitud con Pasqual Maragall, y una etapa de continuismo y decaimiento con Joan Clos y Jordi Hereu. Dada la extensión informativa, he considerado preferible dividir el artículo en diferentes capítulos para tratar más adecuadamente y detalladamente la labor de cada alcalde socialista durante estas tres décadas. No pretendo en absoluto que nadie comparta mis juicios de valor, solamente deseo exponer mi punto de vista personal y subjetivo, indicando lo que yo he creído bueno y malo del largo mandato socialista en Barcelona.


El primer alcalde elegido democráticamente fue Narcís Serra i Serra, en las elecciones municipales celebradas el 10 de abril de 1979. En sus tres años al frente de la alcaldía, orientó su programa en la renovación urbanística en base a la implantación de un nuevo modelo, como un intento de acercar el espacio ciudadano a la ciudadanía y alejarse de la fuerte especulación inmobiliaria sufrida en años anteriores. Consciente de que los tiempos habían cambiado, sabía que bajo un régimen democrático la sociedad barcelonesa demandaría importantes cambios debidos a una nueva situación histórica que nada tenía que ver con la franquista. Las asociaciones y entidades vecinales tenían cada vez más capacidad de voz y voto y ya no podían ser ignoradas o engañadas mediante la realización de proyectos construidos a la espalda ciudadana. Era necesario escuchar la voz de la calle y atender sus peticiones porque de esto dependía la popularidad de la figura de un alcalde democrático. Sin embargo, paralelamente a la necesidad de atender las viejas reivindicaciones sociales, consideró que para hacer realidad una buena renovación urbanística la ciudad necesitaba una fuerte inyección de capital económico para dar este su impulso que la catapultase a ser una urbe a la altura de las ciudades medias europeas. Por un lado, abogó por la redacción de la nueva Carta Municipal adecuada a una nueva ordenación jurídica. Y por otro, creyó imprescindible la celebración de un evento importante que sirviera de incentivo para esta renovación consciente de la necesidad de dar a la ciudad una mayor y mejor proyección nacional e internacional. Así, fue el primero en proponer, de común acuerdo con Joan Antoni Samaranch, la candidatura de Barcelona como sede de los XXV Juegos Olímpicos a celebrar en el año 1992.
Las actuaciones consideradas de urgencia se centraron en las áreas de servicios sociales y personales compatibles con unas cuentas municipales austeras, como el establecimiento de una política sanitaria de proximidad, creación de zonas verdes e instalaciones deportivas, entre otras cosas. Para materializarlo durante los próximos años, primero era necesaria una reforma para la mejora del funcionamiento de la administración pública, con la elaboración de un plan de austeridad y el saneamiento de las finanzas municipales. Eso significaba obrar con unos bajos costes destinados a paliar en parte el abandono de determinadas áreas de la ciudad. Otro objetivo de Narcís Serra fue establecer una conexión económica entre Barcelona y los municipios que formaban parte de su área metropolitana.

Tres años de mandato municipal fueron muy pocos para poder demostrar realmente una buena capacidad de gestión. Eran tiempos difíciles más bien encaminados a reparar daños y a colocar las cosas en su sitio que no realizar grandes actuaciones, si bien se lograron hacer algunas. Su alcaldía se convirtió en un puente entre el aperturismo de la Transición y el despegue dado por su sucesor, Pasqual Maragall. Como economista de formación, se dedicó más a liderar la falta de capacidad financiera municipal que a la inauguración de nuevos espacios, como consecuencia de las circunstancias que obligaron primero a una atención del problema económico para luego resolver el social. Sin embargo, plantó las bases del futuro desarrollo de Barcelona que tendría su máximo apogeo con la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992.
Durante su breve mandato se hicieron algunas actuaciones destacadas en materia de apertura de plazas y zonas verdes allá donde tenían que ir densos bloques de pisos, algunas mejoras en la red de transportes y la instalación de nuevos equipamientos culturales de gestión municipal en barrios populares. Además de las obras indicadas a continuación, se pusieron en marcha otros equipamientos culturales como los nuevos teatros Regina y Llantiol y espacios lúdicos como el Gran Cafè, la primera champañería de España y el Up & Down, pero al tratarse de iniciativas privadas paralelas no se han incluido como actuaciones municipales inauguradas por el alcalde.


1979. Nueva plaza de la Fundició en el barrio del Clot; primera cursa atlética de las fiestas de la Mercè; nueva depuradora del río Besòs; entrada en servicio de la nueva estación central ferroviaria de Sants; cambio de nombre de 59 calles que tenían toponímia franquista; apertura del centro social Erasme de Janer; y nacimiento en Poble Sec de la primera escuela municipal de iniciación deportiva.
1980. Primer carnaval autorizado en Barcelona después de 40 años; restauración de los Jocs Florals; instalación de las primeras plantas de energía solar en el barrio de Vallbona y en las piscinas Picornell; y apertura del Museu de la Ciència.
1981. Nacimiento del Full Municipal; recuperación de la playa de la Mar Bella del Poblenou; inauguración de la escuela Alexandre Galí en la Barceloneta; inauguración de la plaza de Gaudí; nuevo polideportivo en Can Caralleu; e instalación de los primeros contenedores para el reciclaje del vidrio.
1982. Ampliación del museo Picasso; apertura del parque de Les Heures en la Vall d’Hebron; prolongación de la L4 de metro Guinardó-Roquetes; nuevos jardines de Emili Vendrell; primer centro cívico del Guinardó; inicio de la campaña de rehabilitación de fachadas de edificios; jardines de Sant Salvador y nueva plaza Trilla en Gràcia; plaza de Navas en Poble Sec; plaza de Mossèn Clapés en Sant Andreu; nuevos centros cívicos en los barrios de Hostafrancs, la Sagrera y Sant Andreu; y prolongación de la L4 de metro Selva de Mar-La Pau.
Narcís Serra, al ser designado como ministro de Defensa por el entonces presidente del gobierno Felipe González, dejó la alcaldía, dimitiendo el 1 de diciembre de 1982 y dando paso a su sucesor, Pasqual Maragall.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Que fácil es caer bien o mal

Hay cosas que van más allá de lo vergonzoso y generan una profunda indignación personal. Como precedente al tema que voy a tratar, todavía recuerdo años atrás un estúpido anuncio del refresco Kas cuyo lema era “¿Y tu de quien eres? ¿de naranja o de limón?”, que en realidad no hacía otra cosa más que reflejar como en este país la valoración que se hace de las personas en función de sus ideas y creencias es un deporte nacional. Y encima el spot te animaba a “ser de alguien” para poder “ser alguien” y así evitar “ser nadie o nada”.
Más recientemente, hay dos casos muy lamentables que así lo demuestran. Navegando por Internet descubrí una notícia en la que la actriz Marta Torné se manifestó molesta por unas preguntas tendenciosas que un periodista le hizo para el diario El Periódico de Catalunya acerca de las relaciones entre Cataluña y el resto de España. Ella respondió haciendo crítica tanto del nacionalismo catalán como del nacionalismo español, y que se sentía igualmente catalana y española. En algunos foros públicos, como el de Libertad Digital abundaron respuestas brillantes tales como “Esta chica ya me caía de fábula antes de leer esto, pero después de ello mi respeto, cariño y admiración por ella han subido muchos enteros. No sólo porque es guapa y con estas palabras demuestra inteligencia poco común, sino también porque ha demostrado ser valiente exponiendose a lo que se expone”, y otra que decía “Pues a mi esta chica ni me iba ni me venía y oye, ahora, de pronto me cae de cojones.” O sea, que pasas de un día para el otro a ser objeto de pasotismo a ser objeto de idolatría solo por tus ideas, y de ser una persona corriente a ser de pronto alguien magnífico. Bueno, pero... ¿y la inteligencia? ¿y las virtudes? ¿y la cultura? ¿y la humanidad? ¿y la bondad? ¿y la entrega hacia los demás? ¿y la valua personal? ¿y la profesionalidad? Todo eso parece diluirse y dejar de existir en las personas, salvo que compartamos sus ideas y creencias. ¿En qué clase de democracia inmadura vivimos? ¿Que problema personal padece nuestra sociedad? ¿De qué tiene tanto miedo la gente? Hoy día queremos ser demasiado políticamente correctos (yo no lo soy porque eso es censura democrática), procurar quedar bien con todo el mundo, no decir nada malo ni ofensivo hacia nadie, y nos llenamos la boca acerca de valores como la igualdad, la libertad, la tolerancia, el respeto, la solidaridad, la diversidad, la pluralidad, el compromiso y la cohesión. Sin embargo, a la hora de la verdad aflora la intolerancia y la hostilidad hacia quienes se manifiestan diferentes a nosotros pero se les perdona la vida y sus pecados si comparten nuestras ideas y creencias.

Otro caso similar, para llorar, hace referencia al recientemente fallecido Severiano Ballesteros, simpatizante del Barça, por lo que un anónimo de un foro respondió “Bueno, mira, además de culé era un buen hombre. Que Dios lo acoja en su seno”. Sin lugar a dudas, comentarios como este se llevan la palma. Vamos mal si para caer bien a los demás te condicionan tus ideas y tus creencias. Vamos mal si solo vemos cualidades y humanidad solo a quienes piensan y creen como nosotros. Vamos mal si al viajar por otras tierras, sean regiones o sean países, les tenemos simpatía o les tenemos miedo por lo que allí gobierna o lo que han votado en las últimas elecciones. En definitiva, vamos muy mal.
Amiga Marta, respeto tu opiniones personales acerca del encaje de Cataluña dentro de España y tu sentimiento de pertenencia, pero no te creas que a quienes les caes bien por tus comentarios son auténticos amigos y te van a beneficiar, porque para ellos en realidad tu solo eres una chica magnífica y una “catalana buena” por estas declaraciones, por nada más, no por tu valua personal, tus virtudes, tu profesionalidad y tu humanidad. Espero que no les des las grácias porque no se las merecen y porque no te están haciendo favor alguno. No tengas dudas que estos admiradores tuyos no valen nada porque no valoran nada ni a nadie que difiera de sus doctrinas. Y amigo “Seve”, allá donde te encuentres, se llame “cielo” o se llame “más allá”, disculpa a quienes te disculpan porque han descubierto que en vida fuiste simpatizante del Barça, y por consiguiente un “hombre bueno” porque no saben lo que dicen. Igualmente serás merecedor de que Dios te haya acogido en su seno para toda la eternidad. Y yo, con mis ideas y mis creencias que muchos ya conocéis, en paz con todos.

sábado, 7 de mayo de 2011

Cuando subestimas a tus adversarios

Existe la malsana y peligrosa costumbre por parte de algunas personas de subestimar o tomar por criaturas inferiores a quienes discrepan de sus ideas y creencias, como si fuesen personas descerebradas, enfermas, perturbadas o subnormales. Y quienes lo hacen es muy probablemente porque se creen mejores que los demás, en posesión de la verdad y de una mente muy cultivada. Pero en realidad obran así porque son iguales o más intolerantes todavía que sus adversarios, y pecan de los mismos males o incluso peor. Esta clase de personas, por su manera de ser, ven muy limitadas sus amistades porque dada su inflexibilidad y su intransigencia son incapaces de compartir una sana relación de amistad con quienes son diferentes a ellos, de ahí que sus vidas queden limitadas a círculos muy reducidos que a menudo desembocan al sectarismo.
Todo ello viene al caso en relación a comentarios colgados por Internet, concretamente foros y blogs donde unos particulares que probablemente no tengan nada más que hacer durante todo el día tienen como hobby que atacar, insultar y despreciar a quienes son de ideas y creencias contrarias a las suyas, poniéndose, como he dicho antes, a la misma altura o en una situación mucho más denigrante. Y lo peor de todo es que esto no son capaces de reconocerlo porque, al creerse mejores que los demás, tienen la convicción de que practican la absoluta tolerancia, a la vez que consideran la existencia de personas o colectivos que no son merecedores de ser respetados. El resultado de su provocación es que incitan al odio y a la violencia, impidiendo un diálogo sano que contribuya al acercamiento y a la conciliación social a pesar de las diferencias.
Una vez más, las personas valen solo por sus ideas y creencias, y el resto de cualidades no cuentan absolutamente para nada, a pesar de que puedan ser muy virtuosas. En definitiva, establecen que unos son siempre los “buenos” y otros estarán destinados a ser los “malos”, sin términos medios.
Concretamente, los colectivos más atacados son los fascistas, los militares, los conservadores, los comunistas, los nacionalistas, los anarquistas y los religiosos, entre otros. Teniendo mis ideas y creencias muy claras, no pretendo decir que esté de acuerdo con todos ellos ni siquiera que los defienda, pero el hecho de discrepar no implica subestimarlos y tratarlos como criaturas inferiores como hacen algunos. En todos estos colectivos hay personas, algunas con todas probabilidades muy radicales y peligrosas, pero no podemos tomar la parte por el todo y generalizar a partir de una muestra. La historia de la humanidad nos ha demostrado que tomar por enfermos, locos o incultos a quienes comulgan con ciertas doctrinas es un autentico error. Precisamente el hecho de que existan dichas ideas y creencias demuestra que unas mentes prodigiosas las han forjado para hacerlas realidad. A continuación expondré unos cuantos ejemplos de personas con ideas “radicales” que por esa misma razón deberían haber sido imbéciles e ignorantes: Martín Lutero (teólogo y fanático religioso, iniciador de la reforma protestante), Juan Calvino (teólogo y fanático religioso aficionado a condenar a la hoguera a sus adversarios), Simón Bolívar (militar y político venezolano, responsable de numerosos fusilamientos), Napoleón Bonaparte (militar y gobernante francés, cuya ambición de formar un imperio europeo costó la vida a miles de personas), Julio César (emperador romano, responsable de miles de crucifixiones), Sir Francis Drake (marino inglés responsable del hundimiento de muchos barcos “enemigos”), Hernán Cortés (conquistador español, responsable de un gran genocidio en las Américas de civilizaciones milenarias), Maximilien de Robespierre (político francés aficionado hasta el máximo extremo a guillotinar a sus adversarios), Adolf Hitler (político y líder del nacional socialismo, el gran criminal de la humanidad), Stalin (político ruso líder del comunismo, responsable de grandes crímenes de guerra y de limpiezas étnicas), Lenin (líder del comunismo y forjador de este nuevo totalitarismo euroasiático) y Goebbels (el “padre” del nazismo y responsable de su funcionamiento). Acerca de otras mentes no tan prodigiosas pero que han sido (quienes fallecieron) y siguen siendo (quienes todavía viven) igualmente personas inteligentes existirían muchísimos ejemplos que ahora no merece la pena ilustrar. Sin ir más lejos, el del (presuntamente) cazado y eliminado Osama Bin Laden. Por su fanatismo religioso ¿acaso era un analfabeto? Otros ejemplos de personajes inteligentes serían Ramón Serrano Súñer (una de las grandes manos derechas de Franco durante la Guerra Civil e intelectualmente muy cultivado), Salvador Seguí “El Noi del Sucre” (anarquista obrerista de inteligencia portentosa capaz de atraer y convencer a las grandes masas sociales), Ernesto “Che” Guevara (líder guerrillero de la “Revolución” y licenciado en medicina), Saddam Hussein (dictador iraquí y licenciado en derecho), Muamar el Gadafi (dictador libio y licenciado en derecho), Josef Mengele (criminal de guerra nazi y doctor en medicina), Klaus Barbie (alto oficial de las SS y de la Gestapo responsable de crímenes contra la humanidad, licenciado en derecho), Rudolf Hess (líder de la Alemania nazi, licenciado en ciencias políticas), y Fidel Castro (dictador de Cuba y doctor en derecho civil y derecho diplomático, además de abogado).

En definitiva, algunos se empeñan en convencernos de que quienes tienen ciertas ideas políticas o creencias religiosas son unos pobres ignorantes sin cerebro, y esa es una postura muy peligrosa porque es demasiado confiada. Se relacionan las minorías que engendran la violencia, cometen materialmente crímenes, se inmolan, queman banderas, arman jaleo en los campos de fútbol y reaccionan hacia alguien con agresividad en vez de rebatirle con diálogo, con el conjunto global de esos colectivos.
Criticar y discrepar de un nacionalista, de un militar o de un religioso es legítimo en una democracia porque hay una libertad de expresión, pero nunca subestimarlos como si se trataran de bestias inmundas y salvajes. Ciertamente existen personas poco o nada inteligentes que simpatizan de esas doctrinas, pero no se debe de globalizar. Hay que respetar a quienes son diferentes, y ser tolerantes con ellos porque sus ideas son igual de legítimas que las de los demás, siempre y cuando, claro está, también sean tolerantes hacia uno y no incitan al odio y a la violencia. En definitiva, que es algo mutuo, de ambas partes. Un servidor conoce por ejemplo a mucha gente que es nacionalista o religiosa y os aseguro que están igual de libres de maldad, intolerancia o radicalismo que quienes no lo son, y son personas como las demás, algunas de ellas bellísimas y encantadoras, sin particularidades que supongan un alarmismo o apartarse de ellas. Tener amistades de todas clases resulta algo enriquecedor por todo lo que puedes compartir y por el aprendizaje personal que supone escuchar los puntos de vista de cada uno de ellos, aunque no estés de acuerdo con lo que dicen. En cambio, quienes se proclaman anti- cualquier cosa, limitan sus posibilidades, se encierran en sus mundos convencidos de que ellos son los buenos y están en posesión de la verdad y la razón, y caen sin darse cuenta en el sectarismo, en la intolerancia y en el fanatismo, aun estando convencidos de que son los más demócratas y tolerantes del mundo. Es preferible ser no- (no-nacionalista, no-religioso…) a ser anti- (anti-nacionalista, anti-religioso…). Quienes profesan lo primero te manifiestan su desacuerdo con tus ideas y creencias pero garantizan su respeto y amistad hacia ti, mientras que un anti-, además de discreparte, hará todo lo posible para criminalizarte y destruirte porque creerá que eres la personificación del mal. Así, pues, dejemos de intentar destruirnos los unos a los otros y construyamos un mundo mejor.