viernes, 20 de abril de 2012

El ateneo popular que no fue posible: el mercado del Born


Se cumplen 35 años de la ocupación de la planta asfáltica, situada entre las barriadas de Roquetes y la Trinitat Nova, por parte del vecindario del Distrito IX-b que conformaba los Nou Barris. Se luchaba para reclamar un ateneo popular. Después de unas jornadas reivindicativas traducidas en diferentes actos festivos que duraron 30 horas, aquellos terrenos se convirtieron en un equipamiento de barrio que actualmente es un importante y destacado referente cultural, especialmente en el ámbito circense. Pero el Ateneu Popular de 9 Barris no fue el único espacio que se reivindicó para usos sociales, y entre las luchas varias también hubo fracasos. Este es el caso del antiguo mercado del Born, que en el presente año prevé una apertura provisional como centro cultural de interpretación de los interesantes restos arqueológicos del barrio de la Ribera destruidos con motivo de la construcción de la fortaleza de la Ciutadella. La finalización definitiva de las obras de remodelación no será hasta el año 2014, coincidiendo con el 300 aniversario de la llegada de las tropas de Felipe V a Barcelona. El mercado del Born fue uno de los primeros y más importantes edificios de hierro erigidos en Barcelona. Su proyecto respondió al propósito de disponer de un gran espacio central de abastecimiento alimentario para toda la ciudad. Diseñado en 1873 por el arquitecto municipal Antoni Rovira i Trias, se construyó entre los años 1874 y 1878 por el maestro de obras Josep Fontserè i Mestre y el ingeniero Josep Cornet i Mas. Las columnas de fosa y los caballos metálicos fueron fabricados por La Maquinista Terrestre y Marítima. La estructura del mercado buscaba la funcionalidad, siendo un espacio amplio, cubierto, cerrado y bien aireado, hecho que ayudaba a la salubridad de los productos que se vendían. Es de estilo modernista dentro de la llamada “arquitectura del hierro”.


El nuevo mercado entró en funcionamiento el mismo año 1878, desempeñando su función como centro comercial de barrio hasta que en el año 1920 se convirtió en mercado mayorista de frutas y verduras. Habiéndose quedado pequeño debido al gran crecimiento de la ciudad, en agosto de 1971 fue trasladado al polígono industrial de la Zona Franca, disponiendo de mayor superficie con instalaciones más modernas y pasando a llamarse Mercabarna. Como consecuencia, el Born permaneció en total estado de abandono, a la vez que se inició un proceso especulativo hacia los locales comerciales circundantes que dependían de él. Ante la propuesta del entonces alcalde de Barcelona, Josep Maria de Porcioles, de construir un aparcamiento, surgió un movimiento ciudadano que se opuso a la destrucción de la antigua estructura del mercado del Born y su uso privado. Al cambio de alcaldía de Porcioles por Enric Massó, once entidades ciudadanas propusieron en mayo de 1974 un concurso de ideas que partían de la conservación de la estructura metálica modernista del edificio. El Ayuntamiento, en plena discusión del Plan Comarcal, contraatacó en junio de 1975 con una contrapropuesta de su propia cuenta en la que no se exigía tal preservación. El Colegio de Arquitectos desautorizó la participación de sus colegiados y tan solo se presentaron dos trabajos. Sin embargo, el citado concurso quedó desierto. La etapa final de la lucha por la autorización pública del Born empezó en mayo de 1976 con una exposición en el Colegio de Ingenieros sobre la degradación del núcleo histórico. En el llamado Distrito I se encontraba el casco antiguo, con un 88% de la población activa formada por administrativos, empleados varios y obreros. La Associació de Veïns del Casc Antic no consiguió en el verano de ese año obtener el permiso para montar una fiesta popular. En cambio, vieron con una gran sorpresa como la Assemblea de Treballadors de l’Espectacle obtuvo fácilmente un permiso para representar los días 19, 20 y 21 de noviembre del mismo año 1976 una versión progresista de Don Juan Tenorio. En los intermedios actuaron artistas como Pau Riba, la Orquestra Platería, Rafael Subirachs y otros grupos. El último alcalde del franquismo, Joaquim Viola, asegurando que tenía una solución, configuró una comisión capitaneada por el entonces teniente de alcalde Abellán de Castro, y destinó 50 millones de pesetas del presupuesto municipal, una inversión que posteriormente se ignoró de qué modo se aprovechó.


El Born fue también deseado por la sala de baile Magic, situada justo al lado del antiguo mercado, la empresa de la cual se dedicaba a fomentar la contracultura musical: Llegaron incluso a presentar al Ayuntamiento de Barcelona una propuesta de arrendamiento. También Oriol Regàs, empresario de la sala Bocaccio, especialista en ocupar el tiempo libre de la burguesía progresista, lo deseaba para hacer un auditorio. La propuesta de la Associació de Veïns del Casc Antic para recuperar el Born se convirtió en la única que recogió los verdaderos intereses y necesidades del barrio y de la ciudad en general, propuesta que quedó esbozada al detalle en una fiesta popular celebrada el mes de enero de 1977, la cual se autorizó bajo el consentimiento del alcalde reformista Josep Maria Socías. La propuesta de ateneo popular preveía, respetando el exterior original, la construcción de dos plantas con aulas, una biblioteca, salas para seminarios y cine-forum, locales para jóvenes y jubilados, un bar, dos pistas polideportivas y también dos plazas cubiertas. Sin embargo, la nueva delegada de Cultura, Núria Beltrán, en el periódico Tele/eXprés del 14 de enero de 1977 respondió que “aunque los vecinos del Born tengan muy claro que tengan que reclamarlo para ellos, en Barcelona hay muchos más habitantes, y hay que ver qué utilización de los locales resulta más rentable, un asilo de ancianos por ejemplo”. Decir que el Born era toda Barcelona únicamente podía crear una gran confusión que favorecería a la especulación privada. Por ello se creyó que su recuperación para uso público tenía que pasar por la campaña de la Associació de Veïns del Casc Antic, la cual propuso: 1) la disolución de la Comisión Municipal que había constituida para decidir el futuro del Born; 2) la constitución de una comisión donde el papel decisivo recayera en el vecindario; 3) la restauración inmediata del mercado del Born; 4) la realización del anteproyecto de la Associació de Veïns del Casc Antic; y 5) la conversión del Born en un ateneo popular.


Sin embargo, las reivindicaciones vecinales no obtuvieron los resultados esperados. El antiguo mercado del Born se ubicaba en pleno centro de Barcelona, y por ello no interesaba que un equipamiento cultural como el solicitado ocupara aquel espacio emplazado en una barriada destinada a convertirse en los próximos años en una zona de interés turístico lleno de hoteles y locales de diseño. El centro histórico era un lugar demasiado preciado capaz de generar muchos beneficios económicos si se remodelaba adecuadamente, pero el precio a pagar sería la expulsión de muchos vecinos y la configuración de un nuevo barrio para todos menos para los vecinos de toda la vida. El Ateneu Popular de 9 Barris, en cambio, se hizo realidad, pero a diferencia del Born, se encontraba completamente alejado del centro, en la periferia, adonde el turismo no tenía presencia alguna, es decir, adonde no podría “molestar”. A partir del año 1977 el Born fue parcialmente remozado y acondicionado por el arquitecto Pere Espinosa para acoger actividades diversas de carácter temporal mientras no se le otorgaba un uso definitivo. Entre el 1 de febrero y el 1 de marzo de 1981, se realizó una exposición de transporte público donde se exhibieron autobuses y tranvías antiguos destinados a formar parte de un futuro museo. Para ello se estableció durante los cuatro domingos del certamen un servicio especial de autobús entre la plaza de Catalunya y el mercado del Born, con un vehículo histórico de dos pisos. Otras ferias y exposiciones se dieron cita en el mercado, además de conciertos, mercadillos o desfiles de moda. Por ejemplo, en 1983 acogió la exposición “Qui és Barcelona?”, en 1985 la exposición “Catalunya, fàbrica d’Espanya”, en 1989 una exposición de cítricos llamada “La fruita torna al Born”, y entre los años 1991 y 1994 acogió consecutivamente el “Saló Internacional del Còmic de Barcelona”.


El 9 de marzo de 1996 un centenar de vecinos del barrio del Born ocuparon el mercado para reclamar un uso público y cultural, ante el incumplimiento de las promesas municipales y de la Universitat Pompeu Fabra. Ya en pleno siglo XXI, se aprobó la construcción en el interior del mercado de la nueva Biblioteca Provincial, empezando las obras el año 2002. Parecía que por fin se le había otorgado un uso definitivo al antiguo recinto y el conflicto llegaba a su final, pero al excavar el suelo se hallaron numerosos restos arqueológicos de gran valor pertenecientes al antiguo barrio de la Ribera. Después de muchas deliberaciones, el proyecto de la biblioteca se suspendió y a cambio se aprobó la conversión del Born en un museo, un centro de interpretación dependiente del Museu d’Història de la Ciutat que incluirá, además de los restos arqueológicos restaurados, diversas salas destinadas a usos culturales. El 2 de abril de 2009, se creó la plataforma “I el torn del Born?” formada por vecinos, comerciantes e intelectuales de la Ribera, que reclamaba el mantenimiento de la identidad del barrio así como una mayor intervención popular en la reforma del mercado. Por ello presentó un proyecto alternativo que permitiría mayor aprovechamiento del espacio, dejando toda la planta baja abierta al público utilizable para diferentes usos culturales, exposiciones o mercados. Se llevaron diversas acciones populares, como un desfile de camisetas “customizadas” y concurso de pancartas reivindicativas en el cual personajes ligados al barrio como Custo Dalmau y Javier Mariscal hicieron de jurado. Lamentablemente, el proyecto municipal aprobado en fase de finalización está alejado de la participación ciudadana, un ejemplo más de cómo esta crisis ha significado un retroceso democrático y una pérdida de derechos sociales. Su apertura provisional prevista para este año no quedará exenta de protestas vecinales.



2 comentarios:

Eastriver dijo...

Muchos de los hitos históricos de los que hablas me suenan mucho, los he recordado, como lo de Catalunya fábrica de España que lo tenía totalmente olvidado pero yo estuve.

¿Sabes qué pienso? Que esta reforma está maldita por un motivo: porque se gestó en un momento de vacas gordas. En un momento en que se hacían cosas que no se sabía muy bien para qué iban a servir, pero que se intuían positivas (al menos había dinero para hacerlas).

El forum 2004 fue un poco eso. Todavía ahora, ocho años después, no tengo nada claro qué significó aquello. Íbamos, paseábamos, era como una feria de muestras al aire libre, había exposiciones, circo, muy bien, pero ¿por qué?

Yo hubiera preferido que en el Born se hubiera hecho algo útil, por decirlo de alguna manera. Porque lo que construirán ahora será nada, un memorial, esas cosas que no se sabe exactamente qué función tienen pero que cuestan dinero (y por tanto, es lo primero que eliminan cuando hay que apretarse el cinturón). Yo hubiera puesto una biblioteca, un cine, un bar, yo qué sé. Lo que fuera hubiera podido teñirse de ese valor memorialístico, con algún pequeño apartado dedicado a la memoria. Pero que hubiera sido útil. De lo contrario yo no lo veo nada claro.

Ricard Fernández i Valentí dijo...

Hola:
Comparto tu opinión. Ciertamente hubiese sido mucho mas rentable un uso social y que lo utilizara la gente. La idea del ateneo popular hubiese funcionado porque el que existe en Nou Barris ha dado y sigue dando resultado. El proyecto municipal diría que da la espalda al barrio.