lunes, 31 de diciembre de 2012

FELIZ Y PRÓSPERO AÑO 2013


Canta el pueblo su canción,
nada la puede detener.
Esta es la música del pueblo
y no se deja someter.
Si al latir tu corazón
oyes el eco del tambor,
es que el futuro nacerá
cuando salga el sol.

Hoy nos toca decir
quienes vamos a ser.
Bromeáis y jugáis
o lucháis por un mundo mejor.
Sois conscientes del precio
que vais a pagar.
Es un juego de ricos
que vais a ganar.
Cambiemos el color
del mundo sin dudar.
Rojo la sangre del valor,
negro la vieja sociedad,
rojo un nuevo amanecer,
negro la noche que se va.

Dou you hear the people sing (Les Misérables)



Feliç Any Nou
Feliz Año Nuevo
Felí Año
Buen Cabo d'Año
Erós An Nau
Feliz Ani Novo
Urte Berri On


lunes, 24 de diciembre de 2012

MENSAJE DE NAVIDAD 2012


Amigos y amigas:
Como es tradición en estas fechas tan entrañables, quiero que mis primeras palabras sean para transmitiros mis mejores deseos de paz, amor y prosperidad.
Una vez más, dejamos atrás un año negativo marcado por la crisis económica y financiera, los conflictos sociales y la inestabilidad política. Nos encontramos inmersos en unos tiempos convulsos cuyo final se encuentra lejano. El mundo se halla bajo un proceso de transformación lleno de interrogantes e incertidumbres que dará como resultado una nueva etapa. Acostumbrados al consumismo y a la posesión de numerosos bienes materiales, son muchas las personas cuya felicidad depende de superar esta crisis. Cada momento de dolor, resentimiento y amargura es un momento de vida perdido e irrecuperable. La experiencia de países con grave situación de pobreza cuya población nos ha mostrado lo más positivo de ellos nos enseña que la felicidad depende únicamente de nosotros mismos y nunca de lo que poseemos. Por ello, a pesar de que el viento no nos sea favorable, debemos aprender a ser felices con lo que somos y lo que tenemos, porque estos son nuestros valores más preciados, únicos e irrepetibles y la principal motivación para no rendirse y seguir hacia delante.
La crisis financiera ha frenado muchos proyectos y a la vez muchas ilusiones. Reciclarse y reinventarse, apelar a la solidaridad, al compañerismo y al compromiso permitirá canalizar nuestros escasos recursos lo mejor posible porque son muchas las cosas que se pueden hacer y muchos los sueños que se pueden cumplir. Es necesario evitar que el mundo se detenga porque las personas somos el motor del progreso y los principales agentes encargados de forjar un nuevo modelo donde todos y cada uno de nosotros tengamos cabida y nos garantice disponer de una óptima calidad de vida.


La situación del mercado laboral es extremadamente precaria. Aunque la lacra del paro afecta a la mitad de la población juvenil, quienes peor lo sufren son aquellos colectivos de más edad, que todo y su demostrable experiencia, son incomprensiblemente rechazados. Ello ha llevado a esas personas a padecer situaciones de precariedad, pobreza, exclusión social y a sufrir problemas emocionales y de autoestima. En el funcionamiento óptimo de una empresa o negocio, resulta fundamental disponer de un equipo preparado y cualificado con independencia de su edad. Los empresarios, a menudo los máximos responsables de fabricar un modelo social irreal basado en un mundo fantasioso exclusivamente de jóvenes portentosos, deberían poner los pies en el suelo, reflexionar y dar prioridad a la experiencia ofrecida por la madurez. La juventud, por su corta edad, tiene todavía una larga vida por delante para recorrer y mucho más por aprender, madurar y recibir.
Para que la clase política vuelva a ganarse la confianza de sus votantes, los partidos deben de apelar a la regeneración, cediendo poder y autoridad al pueblo, el cual debería tener mayor capacidad de decisión tal y como marca una democracia real, estableciendo más vínculos de diálogo y compromiso como una medida de acercamiento, y expulsando de la vida política a quienes practiquen la corrupción. Es de lamentar la proliferación de formaciones populistas encaminadas a dividir y a enfrentar a la sociedad, a generar falsos conflictos, a encontrar falsos culpables y a hacer prevalecer políticas identitarias sobre las socioeconómicas como una estrategia de distracción, de uniformidad y de asimilación social y territorial. Igualmente, otras formaciones, aparentemente democráticas en tiempos de bienestar, ahora bajo el paraguas de la crisis, han demostrado su cobardía e hipocresía mediante el recorte de derechos sociales, la eliminación progresiva de la clase media y la destrucción gradual del estado del bienestar cuando han dispuesto de una oportunidad para hacerlo.


Ante la situación actual, quiero apelar al espíritu de la década de los años setenta, momento en que el ciudadano anónimo, indignado e inconforme con el modelo bajo el cual vivía y ansioso para que cambiaran los tiempos, decidió tomar las riendas y ponerse por delante de los mandatarios que gobernaban y de las leyes que regían. La extinción de antiguas morales, la aparición de nuevos valores, la transformación de las identidades territoriales y la evolución de las formas de expresión cultural son fenómenos inevitables que deben asumirse sin miedo como algo natural. Es preciso que el mundo avance al mismo ritmo que marque la sociedad, y que los mandatarios, la economía y las leyes estén a nuestro servicio, nunca al revés porque en este caso difícilmente será posible la paz y el entendimiento.
La diversidad étnica, cultural y lingüística es una realidad de gran valor patrimonial porque todos formamos parte de ella y nos alimentamos. Debe de aprovecharse como una potencialidad, un patrimonio, un enriquecimiento y una oportunidad. La politización, el menosprecio y el etnocidio de dicha diversidad al entenderse erróneamente como un obstáculo y un problema para imponer a cambio criterios de uniformización conllevan a conflictos sociales, a un retroceso democrático y al empobrecimiento de nuestra civilización. La confección de redes interculturales e interterritoriales encaminadas al conocimiento, al acercamiento y a la concordia es un instrumento muy útil para evitar prejuicios, tópicos y estereotipos.


Quiero y deseo que el próximo año, a pesar de la situación mundial y de las previsiones desfavorables, expresaros mi optimismo y mi esperanza como armas morales para no rendirse. Todos tenemos distintas motivaciones para seguir luchando, siendo la principal nuestros seres más queridos. La familia es el mayor amparo y refugio ante las adversidades que nos amenazan y nos hacen padecer, pues constituye el valor más preciado y un patrimonio de paz y amor que nada ni nadie lo puede sustituir. Las verdaderas amistades, aquellas que en lo malo son capaces de escucharte y nunca te dan la espalda, son otro valor a conservar porque nos garantizan las relaciones sociales y la posibilidad de tener una ventana abierta al mundo. La crisis que padecemos está entretejiendo nuevas relaciones de amistad a la vez que une a personas para proyectos comunes viables. El instinto de supervivencia de nuestra especie está forjando nuevas formas de vida porque otro mundo es posible.
En el presente 2012 que llega a su fin, he continuado mi colaboración con el Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, entidad que todo y haber padecido recortes en subvención, ha sido capaz de salir hacia delante, realizando sus actividades mensuales con normalidad. La temporada ha estado dedicada a los cines de barrio, recuperando la memoria histórica y difundiendo la cultura en las barriadas populares desde una perspectiva singular y atractiva.
Sin lugar a dudas, el momento más emotivo y especial, motivo de orgullo y satisfacción, fue la presentación a mediados de este año de mi sexto libro “Funiculars i telefèrics de Montjuïc”, donde explico la historia de los transportes eléctricos por cable de la citada montaña barcelonesa. Este trabajo tiene para mí un valor añadido muy personal por el hecho de estar dedicado a la memoria de mi madre, hija del barrio de Can Tunis.


A pesar de encontrarme laboralmente desempleado, he procurado lo mejor posible seguir activo como es costumbre en mi personalidad, y porque lo he creído un deber moral. En el próximo 2013 continuaré publicando artículos para el presente blog, cuyo número de seguidores ha alcanzado las cincuenta personas. Desde aquí, quiero agradecerles su fidelidad y su interés por todo lo que escribo, pues mi intención ha sido, es y será la difusión libre de mis ideas y opiniones personales así como de la memoria histórica local. Otro reto será la finalización de mi séptimo libro, dedicado a los autobuses y tranvías suburbanos de Barcelona, que espero contribuya a la difusión de la cultura de nuestros medios de transporte público. A finales de este año, he vuelto a formar parte del Consejo Asesor del Patrimonio Histórico de TMB. Espero poder dar lo mejor de mí mismo y poder aportar las mejores ideas que contribuyan a hacer realidad el futuro Museo del Transporte. Este Consejo Asesor debe configurarse como un equipo humano cualificado, experto en la materia, donde todos sus miembros se entiendan entre ellos y puedan llegar a buenos acuerdos, con ideas claras y coherentes, capaz de tomar como referencia los modelos y experiencias de otras ciudades extranjeras para poder elaborar un adecuado plan de musealización que permita avanzar incluso con escasos recursos económicos.


En el Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, que tanto me ha ayudado en mi currículum por la experiencia adquirida, continuaré mis funciones como redactor de artículos de historia local, participando en seminarios, ponencias y exposiciones, y como guía de itinerarios urbanos. Agradezco la amistad, estimación y confianza de sus miembros así como su reconocimiento por mi labor, razón por la que intentaré tener una mayor implicación en un proyecto que el próximo año cumplirá tres décadas de existencia y estará dedicado al patrimonio. No olvido tampoco a mis antiguos y queridos compañeros de trabajo, mucho más que amigos, la familia Costantini-Urúe, a quienes visito una vez al mes en su tienda de periódicos antiguos, ayudándoles a difundir su singular negocio.
Tengo el convencimiento de que el 2013 será un año de cambios, de nuevos retos y de renovación personal, con sorpresas agradables e inesperadas que me motivarán a continuar hacia delante a forjar mi futuro. Espero poder reanudar nuevamente mi estabilidad económica que me ayude a reemprender antiguos proyectos actualmente aparcados. También deseo encontrar a esa persona especial con quien compartir mi vida y mis sentimientos, con ganas de emprender una relación y que quiera ser mi compañera de viaje para poder vivir, disfrutar y sufrir lo bueno y lo malo de esta vida. Sea lo que sea, y pase lo que pase, os puedo asegurar que no me rendiré, que responderé ante cualquier reto y que daré ese gran salto hacia delante.


A las personas que bajo la injusticia de esta crisis se encuentran en situación de desempleo, en riesgo de exclusión social, en los límites del desahucio o en cualquier otra situación desfavorable, quiero darles todo el ánimo y apoyo para que puedan salir del pozo tan pronto les sea posible. Para finalizar, quisiera dirigirme de corazón a toda mi familia, a todas mis amistades y a cualquier persona ciudadana anónima del mundo, para desearos que paséis unas Felices Fiestas y tengáis un Próspero Año Nuevo.

viernes, 21 de diciembre de 2012

50 años de la NEVADA DEL 62


Se cumple medio siglo de la célebre nevada que cubrió de blanco la ciudad de Barcelona. Sucedió un 25 de diciembre del año 1962. Quienes adoran la Navidad suelen desear que en esa fecha el día amanezca nevado porque eso otorga mayor ambientación a las fiestas. Sin embargo, el resultado sobrepasó los designios de los más exigentes. Mi padre, que amanecía muy temprano para irse a trabajar, se quedó atrapado junto con sus compañeros en los depósitos de productos asfálticos de la fábrica PROAS del muelle de San Beltrán. Mi madre, nada más abrir la puerta del balcón, le entró un alud de nieve que inundó parte del comedor hasta el recibidor. Mi hermano mayor y mi hermana no pudieron salir a la calle para ir a la escuela. Y mi abuela, que al menos lo intentó, después de resbalar cinco veces nada más andar tres metros de distancia desde la portería de casa, desistió enojada a ir a trabajar en casa de los señores Sanglas, en el paseo de Gracia.


Sobre las razones meteorológicas que dieron lugar a ese excepcional fenómeno así como la historia del suceso existen numerosos documentos fácilmente localizables, por lo que no merece la pena repetirlos. Por ello, resultan más valiosas las aportaciones anónimas de los miles de ciudadanos que fueron testigos reales de aquella memorable fecha en vivo y en directo. Cualquier aportación personal al tema se agradecerá por su carácter inédito.
Barcelona, como ciudad mediterránea y generalmente de clima anticiclónico, no estaba preparada para una precipitación de tal magnitud. Sin embargo, a pesar de que el metro y medio de nieve colapsó la ciudad e impidió la actividad habitual de muchos servicios, la sociedad barcelonesa no permaneció inmóvil.


Todo lo contrario. Los constantes esfuerzos por restablecer la normalidad demostraron que aquella generación de barceloneses no se rendía con facilidad. Su constancia y perseverancia fueron el triunfo de la voluntad de unas gentes con poco, muy poco o nada, pero que igualmente eran (y sabían) ser felices y no por ello estaban exentos de tener ambiciones, ilusiones e inquietudes. La cultura del esfuerzo de unos hombres y mujeres más maduros, endurecidos y curtidos permitió con escasos y primitivos recursos poner nuevamente en marcha la dinámica rutina de la capital catalana. Demasiadas miserias, sufrimientos y calamidades como para de pronto rendirse y escapar hacia opciones estériles o caminos fáciles. No había motivos para caer.


La gran nevada del año 1962 supuso una prueba de fuego para la sociedad barcelonesa del momento. Costó superarla porque las circunstancias no eran favorables a las facilidades, pero se pasó el examen. La apelación al orgullo y a las ganas de vivir (y en muchos casos de sobrevivir) permitió sacar ese esfuerzo humano y espiritual adicional tan necesario, de modo que Barcelona consiguió dar un ejemplo para otras ciudades. Fue una experiencia inolvidable por la excepcionalidad del fenómeno, y a la vez un aprendizaje, especialmente para una juventud destinada a vivir unos tiempos mejores y de renovación.


Los medios de comunicación hicieron vanagloria de las presuntamente heroicas hazañas por parte de los bomberos y del ejército para limpiar las calles de las toneladas de nieve acumulada. Efectivamente, ellos disponían de los medios técnicos eficaces para normalizar la ciudad, y como era norma y costumbre en aquella época, debían recibir todos los méritos y medallas por su labor. Los efectivos al servicio del Régimen y de aquella España no podían fracasar porque eso era un signo de debilidad. Sin embargo, el ciudadano anónimo barcelonés, más habituado al sufrimiento y a guardar silencio por modestia, fue el máximo responsable del restablecimiento de la normalidad en Barcelona. Nadie esperaba como recompensa una medalla o la fama, sino sencillamente evitar que el hilo tejido de la lucha diaria para poder alcanzar mayor prosperidad en el futuro no se viese injustamente cortado o interrumpido.


La solidaridad, el compañerismo y el compromiso fueron constantes, incluso el servicio de trenes de Barcelona a Sabadell y Terrassa de los Ferrocarriles de Cataluña (actual FGC) fue excepcionalmente gratuito. Era de justicia homenajear al ciudadano anónimo que tanto suele olvidarse por su contribución a la causa, no solo de la capital catalana, sino también de todos aquellos municipios de los que tan poco se suele hablar que vivieron y sufrieron la nevada.
El año 1962 fue meteorológicamente malo, pues coincidió también con las trágicas inundaciones en las comarcas vallesanas que tantas víctimas mortales provocó. La madre naturaleza demostró una vez más a la civilización que nadie ni nada puede con ella. No existe prepotencia ni vanidad humana capaz de variar su curso. Barcelona y sus alrededores hicieron silencio, pero el optimismo no cayó.


Las previsiones de los expertos apuntan a que es muy poco probable que se repita otra nevada de tal magnitud como la de 1962 y la de 1887, pero a veces la naturaleza es caprichosa y la meteorología una ciencia inexacta, y nada es imposible. Nevadas muy inferiores a las referidas acaecidas en estos últimos años en Barcelona también ocasionaron severos problemas en la ciudad, un hecho grave si se tiene en cuenta que hoy se cuenta con unos medios técnicos y tecnológicos superiores a los de hace cincuenta años atrás, y que la ciudad es de una modernidad y unas características incomparables con el contexto de los inicios del desarrollismo, de mayor precariedad y menor calidad y nivel de vida. Distintas circunstancias, distintas generaciones y distinto nivel para una urbe que pretende aspirar a acoger en el año 2020 unos Juegos Olímpicos de Invierno que de darse en Cataluña hubiese merecido mucho más Lleida y las comarcas del Pirineo.



viernes, 14 de diciembre de 2012

Un premio Nobel para la mentira


Este año la Unión Europea ha sido agraciada con el Premio Nobel de la Paz como reconocimiento de seis décadas de paz y estabilidad en el viejo continente. Parece que nuestro mundo carece completamente de gentes e instituciones suficientemente pacificadoras y humanitarias hasta el punto de que el galardón ha tenido que ir a parar a este organismo, pasando por delante de organizaciones como por ejemplo la Fundación Vicente Ferrer.
Con este gesto, por fin el Premio Nobel de la Paz ha decidido destaparse y ponerse en evidencia ante el mundo, sincerándose de una vez por todas y mostrar abiertamente que el premiar no se trata de una cuestión de méritos sino de intereses particulares. Hasta la paz es un negocio al servicio de los estados mayores. De hecho, todos lo sabíamos, pero ahora debemos agradecer que finalmente hayan optado por salir del armario.
Ante todo, es necesario entender qué entendemos por paz, puesto que si se trata de un concepto opuesto a guerra, debe tenerse en cuenta que ésta no solo se manifiesta mediante el conflicto bélico, sino también a través de otros medios más sutiles y discretos. La Unión Europea, además de ser una institución económica, surgió en parte como reacción al temido Pacto de Varsovia que englobaba a los países de influencia soviética y comunista. Todos los países que forman parte de la Comunidad están adheridos a la OTAN, una organización militar que a través de métodos belicistas asegura defender las libertades democráticas. La participación de varios estados europeos en conflictos civiles y especialmente debidos a intereses económicos (básicamente por el control del suministro de petróleo y otras energías) ha sido constante en estas últimas décadas, siendo el caso más reciente el de la guerra de Irak. La voluntad de contribuir a la paz y a la estabilidad de Europa debería de ser ejemplar hasta el punto de extenderse por el resto del mundo, pues en caso contrario se aboca al egoísmo.


La guerra sutil y discreta antes referida es la económica, mediante la presión de los países más ricos sobre los más pobres. Si bien es cierto que los estados con un nivel de vida más bajo se han visto beneficiados por su entrada a la Unión Europea, ello también ha conllevado a pagar un alto precio. España, por ejemplo, durante muchos años fue un país con una gran tradición en el sector primario. Para evitar desequilibrios en el marco europeo, nuestro país se vio obligado a producir menos cantidad de productos de dicho sector o incluso dejar de producirlos para evitar perjudicar a estados vecinos. Ello comportó una pérdida de suelo productivo y la destrucción de varios puestos de trabajo. En definitiva, España ha dejado de ser el primer país europeo en agricultura, ganadería y pesca, apostando a cambio por el cultivo intensivo y la sobrepesca que tanto daño ha hecho al medio ambiente. España pudo haber continuado siendo la primera potencia europea en el sector primario, exportando a Europa lo que marcan las directrices comunitarias para garantizar ese equilibrio, mientras que el resto de producción podría haber servido para abrir nuevos mercados exportando a otros continentes, como el africano, donde buena parte de la población padece desnutrición.
En síntesis, muchos países se han visto forzados a renunciar a una parte de su economía y de su potencial para adaptarse a esa nueva Unión Europea, en vez de respetarlo y canalizar ese porcentaje que suponía desequilibrio hacia otras direcciones. Se ha perdido soberanía en política exterior, monetaria y cambiaria, además de estar mucho más vinculado al Banco Central Europeo.


Ante la crisis económica, se ha puesto en evidencia la existencia de dos Europas que circulan y evolucionan a dos velocidades, donde la rica margina y discrimina a la pobre, la cual se encuentra sometida a los deseos y voluntades de los estados más poderosos. Alemania se ha erigido como país director de una situación a la que todavía se dista de verle un final. Los países mediterráneos se están convirtiendo en los más precarios, hecho que refleja el concepto que tienen de ellos. La crisis ha servido para demostrar que el modelo europeo fijado por la Unión Europea no era perfecto y para evidenciar que tal unión jamás se ha debido a una cuestión de simpatías entre sociedades vecinas de diferentes lenguas y culturas. Los recortes han conllevado a la destrucción del estado del bienestar en cuanto a derechos sociales y a la progresiva desaparición de la clase media, el colectivo que realmente garantizaba la paz y la estabilidad continental. A todo esto lo podríamos llamar “dictadura blanca”, término que una vez acuñó Tarradellas cuando aseguraba que “existe una dictadura blanca muy peligrosa, que no fusila, que no mata, pero que dejará un lastre muy fuerte”.


Respecto a esta última cuestión, la Constitución Europea abogaba por un modelo globalizador y asimilador, incapaz de reconocer la realidad plural, multilingüe y multicultural que conforma el conjunto de todos y cada uno de los estados miembros. Actualmente, en el Parlamento Europeo no son reconocidas todas las lenguas, por lo que algunas no pueden ser usadas, hecho que supone una discriminación y una huída de la Europa real. Ello, además, impide la adquisición de una mayor competencia en el mercado de trabajo. Un proyecto de paz y estabilidad basado en exclusiones jamás puede funcionar, lo que refleja la existencia de una guerra invisible. No se trata de ser antieuropeísta o euroescéptico, sino de abogar por una Unión Europea mejor que la actual, que garantice igualdad de derechos y oportunidades a todos y a cada uno de los estados miembros.
La participación en conflictos militares (aunque se hayan producido fuera del viejo continente), los desequilibrios económicos, el terrorismo y los enfrentamientos por motivos étnicos, religiosos, lingüísticos, culturales e identitarios, entre otros, son problemas reales que se encuentran al orden del día en esa pacificadora y estabilizadora Unión Europea que ha recibido recientemente el Premio Nobel de la Paz, una paz que en realidad nunca ha existido.


domingo, 9 de diciembre de 2012

Yo anduve por el RITZ

 

En la vida hay ocasiones excepcionales que se deben de aprovechar al instante y sin dudarlo porque tal vez solo haya una única oportunidad. Eso mismo sucedió un 2 de febrero del año 2006, en que tuve el placer de pisar el interior del hotel Palace, antiguo hotel Ritz de Barcelona. Fue con motivo de las Jornadas Internacionales sobre Sistemas Eficientes de Autobuses, que se celebró del 1 al 3 de febrero del citado año, organizado por la Associació per a la Promoció del Transport Públic (www.transportpublic.org), entidad de la que soy socio.
A las 21:00h se convocó a todas las personas asistentes a la cena oficial prevista en el restaurante del Palace. Para tal evento era recomendable ir bien vestido, por lo que tuve que ponerme un traje y un buen abrigo. La noche era bastante fría. Fui de los primeros en llegar. La entrada se ubica en el chaflán de la calle de Roger de Llúria con la Gran Via de les Corts Catalanes. Se trata de un edificio de estilo neoclásico, alto, sólido y elegante, inaugurado el 22 de octubre de 1919, obra del arquitecto Eduard Ferrés Puig. Su construcción fue promovida por Francesc Cambó con la complicidad de ilustres ciudadanos barceloneses como Gonçal Arnús, Eusebi Güell, Antoni Güell y Bosch Labrús. Tras su apertura se convirtió en el primer hotel de 5 estrellas de la ciudad, y en un símbolo de la Barcelona rica, lujosa, ostentosa y elitista.


El creador de la cadena Ritz, el suizo César Ritz, hacía un año que había fallecido. Su consideración como el padre de la hotelería no es por casualidad, pues su mérito consistió en la introducción de una nueva concepción de los hoteles como establecimientos de servicio completo y personalizado, fijando unos mínimos para el alojamiento correcto en términos domésticos, con habitaciones amplias decoradas lujosamente, todas y cada una de ellas con su propio cuarto de baño, iluminación indirecta y la supresión de los papeles pintados por pintura. Fue el introductor de la llamada atención directa al cliente centralizada en la recepción, conocida también como el servicio de habitaciones. En 1929 el hotel se amplió con la adquisición de un solar de la calle de Roger de Llúria, lo que sumó 60 habitaciones más a las 190 existentes. El Ritz solo fue popular durante la Guerra Civil española, cuando fue requisado por los sindicatos UGT y CNT que lo transformaron en el Hotel Gastronómico nº 1, habilitándolo además como hospital de sangre y cuartel de camilleros.


Entre las distintas personalidades se hospedaron personajes como los reyes de España Alfonso XIII y Victoria Eugenia, los duques de Windsor, Francesc Macià, Negrín, Largo Caballero, Cantinflas, Alexander Fleming, Tyron Power, John Wayne, Whitney Houston, Sophia Loren, Ava Gardner, Gala y Salvador Dalí, Xavier Cugat, Naty Abascal, la duquesa de Feria, Woody Allen, Freddie Mercury, Françoise Hardy, Lord Lichfield, Pierce Brosnan, Frank Sinatra, Michael Schumacher, la reina Noor de Jordania, Carlos Azurra, Josephine Baker, Anthony Quinn y Mijail Gorbachov.


La puerta de entrada la preside un amable botones, muy alto, delgado y vestido con el clásico uniforme rojo. El interior, decoración hasta el más mínimo detalle y en todos los rincones, con un predominio de los colores cálidos y luces tenues. El hall, un espacio acogedor y amplio donde puedes sentarte y tomar una copa mientras esperas la cena. En los laterales, pasillos con antiguas vitrinas que acogen antiguos objetos como si se tratara de un museo. Todos los suelos estaban alfombrados. El personal, numeroso, ágil y muy amable. El ambiente de señorío impone un cierto respeto, especialmente si quieres dar la talla y estar a la altura de las circunstancias y del ambiente que te rodea.


Al llegar los invitados y mis amistades de la asociación, enseguida sonríes y te hallas bajo un ambiente más familiar. Nos dirigimos al restaurante. Precisamente, otra aportación de César Ritz fue en la restauración, pues la importancia que le confirió a la cocina y a la calidad de los vinos le llevaron a eliminar los antiguos comedores de huéspedes, dando paso a refinados restaurantes con mesas reducidas para pocos comensales, estableciendo una diferenciación jerárquica en el personal de servicio por medio de uniformes y graduaciones, desde el camarero hasta el maître. El restaurante del Palace era un salón neoclásico a imitación de los palacios franceses, con techo alto pintado con colores suaves coronado por majestuosa lámpara de araña de cristal. Los laterales estaban ocupados por grandes ventanas que daban a la calle, y tanto en el lado opuesto como en cada extremo, varias puertas de acceso a otros servicios del hotel. Todas ellas estaban cubiertas de pesadas y aterciopeladas cortinas. Un conjunto de mesas redondas para 6 u 8 comensales se distribuían en tres filas.


Todos tomamos asiento en nuestra mesa designada. El menú consistió en un aperitivo, un bloc de foie y una manzana caramelizada de primer plato, un filete ibérico a la parrilla con trufa, brócoli y patatas risotadas de segundo, y una brocheta de frutas acompañada de una crema inglesa con canela de postre. Acompañó bebida a base de vino blanco Castell de Perelada, un vino tempranillo René Barbier, un cava brut nature Freixenet, agua mineral, así como licores, digestivos y cafés a elegir. La cubertería de plata y la vajilla eran antiguas, incluso se les notaba el paso del tiempo aun estando bien cuidadas. Cucharas, cuchillos y tenedores todavía conservaban grabada la letra R de Ritz, por lo que estuve extremadamente tentado en robar una cucharilla y llevármela a casa de recuerdo como prueba de que yo una vez anduve por el Palace. Sin embargo, el servicio de camareros hacía ronda constante por las mesas, por lo que me vi obligado a descartar tal tentación. Corría el riesgo de ser atrapado a la salida del hotel, incidente que hubiese desprestigiado no solo a un servidor sino a la asociación de la que era socio que organizaba las jornadas y la cena.


La estancia fue una experiencia agradable y una oportunidad de aquellas que no se pueden desperdiciar cuando se presentan. Conservo fotografías y la tarjeta de invitación con el menú como pruebas irrefutables. Fue una noche muy especial que ignoro cuando se volverá a repetir. El tiempo lo dirá. Me marché contento porque fue una noche inolvidable y a la vez un poco triste porque el sueño había terminado.
Después de haber pasado su gestión por varias manos, el hotel Ritz fue adquirido en 1987 por la cadena hotelera HUSA presidida por Joan Gaspart, y finalmente tuvo que renunciar obligatoriamente a su denominación para pasar a llamarse Palace. Sin embargo, a nivel popular, todavía se le conoce como el Ritz. Actualmente, después de una cuidada y meticulosa restauración que ha permitido la recuperación de sus elementos arquitectónicos y decorativos originales, este histórico hotel vuele a brillar como el alojamiento más prestigioso de la ciudad e incluso a nivel internacional.



lunes, 3 de diciembre de 2012

Un recuerdo y un respeto hacia María Sabaté


El nombre de María Sabaté se asocia a la emisora Radio Barcelona, pues de esa mujer se dice que fue la primera locutora y la primera voz de la historia de España escuchada a través de los micrófonos ese nuevo medio de comunicación. Ello sucedió a las seis y media de la tarde del 14 de noviembre de 1924, en el desaparecido hotel Colón de Barcelona situado en la plaza de Cataluña. Las primeras palabras de bienvenida que pronunció al público oyente al abrir la emisora fueron: “la estación radiodifusora EAJ-1 de emisiones Radio Barcelona”.
A partir de entonces se forjó un mito alrededor de esta buena mujer. Tal y como ella recordaba, desde los primeros momentos de Radio Barcelona se repetía a menudo el slogan de una marca de aceite para coches “Yaco… Yaco… y siempre Yaco”, escrito en unos papeles largos como tiras. Entró en la emisora antes de la inauguración oficial trabajando como secretaria de dirección de la estación junto con el señor Guillén García, el señor Solá y el botones. Contaba con tan solo 20 años de edad. Al entrar todavía estaban terminando las instalaciones de la emisora. Las oficinas estaban en el número 12 de la calle de Casp. Recuerda María que el ambiente era bueno e incluso familiar.
Su tarea consistía en pasar a limpio las actas y las reuniones de los accionistas, así como mandar copias a todos ellos. Su entrada en la radio fue gracias a que pidió una solicitud de empleo en el Institut de la Dona que Treballa, cuya sede estaba el la calle de Sant Pere Més Baix. Allí le ofrecieron trabajar en la Asociación Nacional de Radiodifusión. Tenía una buena formación, pues había estudiado inglés y francés en la escuela Berlitz además de recibir unos cursillos en el Institut de la Dona.


Aunque prácticamente no ejerció de locutora, sin embargo es cierto que fue la primera voz y la primera empleada de radio de toda España, por lo que es injusto sustraerle méritos. Asegura ella que habló por casualidad, que su elección fue una decisión elegida por azar. Lo hizo natural, sin nervios y sin haber realizado previamente una práctica. Incluso aun no habiendo ejercido de locutora profesional, en alguna esporádica ocasión había leído las noticias debido a que las empleadas se iban turnando de modo que todas tenían su oportunidad de hablar en directo. Antes de proceder, siempre se exigía la lectura de aquellas largas tiras de papel tenía que ser perfecta, sin errores, y leídas tal y como estaban escritas.
Recordó María Sabaté que antaño se convirtió en una de las ganadoras de los primeros concursos radiofónicos. Se trataba de acertar un número, que en ese caso le correspondió al 19. El premio fue un aparato de radio de galena. Eran tiempos en los que no estaba prohibido que locutores y empleados de la radio pudiesen participar también en los concursos. El tiempo que ella trabajó cobraba alrededor de 60 a 65 duros al mes, es decir, de 300 a 325 pesetas.
Pocos años después, por decisión personal, dejó el trabajo porque contrajo matrimonio, trasladando su domicilio en el barrio del Putxet. En una carta fechada el 14 de diciembre de 1929 firmada por Joaquín Sánchez Cordobés, entonces director gerente de Radio Barcelona, decía textualmente que "María Sabaté Cebado ha prestado sus servicios en estas oficinas durante 5 años como mecanógrafa-secretaria de la Dirección, conociendo taquigrafía y los idiomas francés e inglés, habiendo cumplido fielmente su cometido, dejando de prestarnos sus servicios como tal, voluntariamente".
Una vez marchó de Radio Barcelona, ya no volvió a saber nada. Sin embargo, al conmemorare los 50 años de la radio, María Sabaté fue reconocida y homenajeada en una gala celebrada en el Palacio Nacional de Montjuïc. Era el acto de entrega de los Premios Ondas, por lo que ella recibió una placa conmemorativa. Eso sucedió el 15 de noviembre de 1974.


La figura de esta mujer fue posteriormente recordada por ser la primera locutora de radio, aunque finalmente se descubrió, tal y como se ha mencionado antes, que fue la primera voz y la primera empleada. Sin embargo, y merece la pena insistir y remarcar, que ello no es motivo para sustraerle mérito porque igualmente merece ser recordada por su labor, dejando al margen las manipulaciones y mitificaciones de los medios de comunicación. Algunas fuentes historiográficas, recordando las primeras locutoras profesionales de radio, han tendido a marginar e incluso a ignorar a María Sabaté como si de pronto ya no formara parte de la historia. Su trabajo, aunque breve, no fue en absoluto en vano, y desde aquí me complace rendirle un cálido homenaje así como el respeto y la consideración que se merece.
“Yaco… Yaco… y siempre Yaco”.